También, la empresa de acueducto y alcantarillado y las autoridades municipales deben garantizar que el sistema de alcantarillado funcione de forma correcta y que las rejillas en las vías estén destapadas para evitar inundaciones en caso de un fuerte aguacero.

Así lo explicó el profesor Fernando Mejía Fernández, investigador del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales.          

“En los cauces de las corrientes urbanas también es muy importante que se remuevan acumulaciones de sedimentos o de basura. Frecuentemente se ve que muchas personas arrojan residuos a estos; si se les hace mantenimiento, una creciente de lluvia puede circular de manera más segura a través del cauce”, precisó el investigador.  

El profesor Mejía Fernández advirtió que se declaró la alerta amarilla porque la probabilidad de deslizamiento es significativa, aunque no superior a la que se tendría para una alerta naranja o roja.

Esta alerta fue decretada el pasado 6 de abril por el Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Manizales, puesto que ya existe un acumulado de lluvias superior a 200 milímetros en los últimos 25 días, lo que hace necesario que los organismos de socorro, autoridades y demás integrantes del Consejo, como Aguas de Manizales, la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas),y Chec Grupo EPM, entre otros, estén en alistamiento para atender con prontitud cualquier eventualidad que se pueda presentar.

Jairo Alfredo López Baena, director de la Unidad de Gestión del Riesgo de Manizales, comentó que “no es un motivo por el cual la comunidad deba preocuparse; al contrario, deben estar tranquilos y tener la seguridad de que estamos en alistamiento permanente con todas las alarmas activadas”.

Sin embargo, precisó que la ciudad está frente a una nueva temporada de lluvias y si el acumulado de esta superar los 400 milímetros se debe declarar la alerta roja.

Alertas tempranas de la U.N.

El profesor Fernando Mejía Fernández recordó que desde hace 20 años la U.N. es la encargada de manejar la información para las alertas tempranas que se le pueden dar a la comunidad debido al incremento de las lluvias.

“La U.N. opera y mantiene las redes que monitorean estas lluvias en Manizales y Caldas. Con base en eso genera un reporte diario que se entrega a las autoridades locales, regionales y organismos de socorro, para que ellos tomen las medidas correspondientes”, aclaró el investigador.

Históricamente, Manizales se ha caracterizado por tener un primer periodo de lluvias altas, que va aproximadamente del 15 de marzo al 15 de junio. Esto significa que la mayor cantidad de lluvia que se da dentro de este periodo incrementa la probabilidad de deslizamientos de laderas por acumulación de agua en el subsuelo y la desestabilización de las laderas y los taludes.

En caso de que se presenten aguaceros muy intensos también se pueden generar flujos torrenciales sobre las laderas y las montañas que van arrasando todo a medida que escurren.

De esta manera, por medio de las alertas tempranas y el monitoreo que realiza la U.N., con las estaciones hidrometeorológicas y meteorológicas, se quiere evitar que ocurran tragedias como la del año pasado, en abril 19, cuando un intenso aguacero hizo ceder el terreno en 39 sitios de por lo menos 25 barrios manizaleños, provocando la muerte de 17 personas y dejando damnificadas a 500 familias.