Esta iniciativa fue dada a conocer durante un encuentro de colectivos urbanos y académicos convocado por la Cátedra Unesco de la U.N. Sede Manizales, a solicitud del Procurador de Tierras y Sostenibilidad para el Eje Cafetero, Diego Fernando Trujillo Marín. 

En el marco de esta reunión se planteó, además, una serie de acciones tanto para reivindicar la economía campesina cafetera y la de los pescadores del río Magdalena, como para mitigar el riesgo de los ecosistemas y del agua en las ciudades capitales. 

Los asistentes resaltaron la urgencia de una política sobre el Paisaje Cultural Cafetero (PCC) que centre sus acciones en el rescate de la economía campesina, en la caficultura orgánica con sombrío y en la arquitectura vernácula del bahareque, sin distraerse en la agroindustria cafetera ni en los monocultivos intensivos con alto uso de productos químicos. 

Al respecto, los académicos de los departamentos que integran el Eje Cafetero –Caldas, Quindío y Risaralda– consideran que se requieren acciones que contribuyan a mantener la declaratoria del PCC por parte de la Unesco como patrimonio de la humanidad. 

Igualmente, con los colectivos urbanos de Manizales se trataron diferentes aspectos relacionados con la vulnerabilidad de las laderas de la ciudad y los riesgos para el suministro del agua, frente a la amenaza de eventos climáticos extremos asociados con el calentamiento global. 

Actores sociales en acción 

La propuesta de fortalecer el Observatorio para la Sostenibilidad del Patrimonio en Paisajes sugiere dos elementos: vincular a las comunidades de base y a otros actores sociales en cada objeto de trabajo, y enfocar la gestión en el marco de los derechos ambientales bioculturales de un territorio. 

El profesor Fabio Rincón, coordinador de la Cátedra Unesco de la U.N. Sede Manizales, manifestó que también se planteó elevar este Observatorio a categoría de Centro, recurriendo a Colciencias y al apoyo de la Procuraduría General de la Nación, toda vez que los centros pueden tener un mayor desempeño en la extensión académica y les abre espacio a la investigación y la docencia.  

En términos del desarrollo regional llamó la atención la propuesta de buscar una declaratoria que priorice al río Magdalena como uno de los escenarios más representativos en la historia del país. 

Al respecto, el arquitecto Efraín Guillot opina que el territorio del río Magdalena se debe considerar como sujeto de derechos para darle primacía a 30 mil pescadores y a los humedales y bosques secos que lo circundan. 

Por su parte, el profesor Gonzalo Duque Escobar, del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la U.N. Sede Manizales, precisó que la problemática del agua en la Ecorregión requiere priorizar acciones en las cuencas de las capitales cafeteras, toda vez que los escenarios más comprometidos son los de los ríos Chinchiná, Otún, Quindío y Combeima-El Toche, donde se concentra la mayor parte de la población. 

Al respecto se propuso seguir el ejemplo de Pereira, que creó el Parque Nacional Natural Otún-Quimbaya para asegurar su cuenca abastecedora de agua. Las reservas forestales y los distritos de suelos de las capitales en el Eje Cafetero deberían ser elevadas a las categorías de parques naturales nacionales para blindarlas, subrayó el docente. 

Cabe destacar que durante el encuentro los diferentes colectivos expresaron su preocupación por los procesos urbanos que, soportados en un modelo conflictivo de ocupación del territorio, podrían incrementar los pasivos ambientales de la ciudad. Además se planteó la necesidad de vigilar la inversión pública en los temas ambientales para prevenir el despilfarro del erario y la acción eficaz del Estado a la solución de las demandas ambientales que han abatido la ciudad.