En La Dorada el río Magdalena muestra la evolución de un meandro (curva pronunciada que forma en su curso) en el que el cauce se caracteriza por una alta sinuosidad y la presencia de dos curvas alternas, que lo hacen propenso a la erosión, lo cual exige una gestión integral de riesgos.

El Grupo de Trabajo Académico en Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, en convenio con la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas), adelanta los estudios hidrológicos, hidráulicos, de suelos y de diseño estructural necesarios para diseñar una serie de obras de mitigación de la erosión.

Este componente forma parte del “Proyecto integral para la mitigación del riesgo de erosión de orillas y recuperación urbana de la ribera occidental del río Magdalena en el municipio de La Dorada (Caldas)”.

Philippe Chang, profesor de Ingeniería Civil e Hidráulica, precisa que el trabajo que se viene realizando desde febrero incluye la modelación hidráulica e hidrológica para evaluar los caudales y los periodos de retorno, además de valorar y mitigar integralmente el riesgo de erosión en las orillas de la ribera occidental de este río.

La ingeniera civil Laura Isabel Guarín Martínez, estudiante de la Especialización en Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la U.N. Sede Manizales, afirma que en La Dorada existe un problema de vulnerabilidad debido al asentamiento de comunidades en la orilla de este río, las cuales se ven afectadas por el proceso de erosión, que se da de manera natural y va evolucionando a lo largo del tiempo.

De ahí la importancia de realizar estos estudios sobre una de las arterias fluviales más importantes del país, en la que se ubica el 85 % de la población colombiana.

Visitas de campo

Un grupo de expertos –conformado por ingenieros, arquitectos, sociólogos, biólogos, geólogos y profesores– ha viajado a la zona para recolectar muestras de suelo y sólidos suspendidos; niveles y caudales; datos topográficos y batimétricos.

También se realizó un censo con la población que vive en la ribera, no solo para hacer la modelación hidráulica sino también para tener una evaluación social de la población y así poder determinar las posibilidades de reubicación de esta comunidad.

La investigadora Guarín señala que para la modelación fue necesario adquirir softwares especializados y un ADCP River Surveyor S5, equipo que captura datos de batimetría del río, caudales, velocidad, temperatura y la ubicación georreferenciada.

Con la información recopilada directamente en el río, los investigadores del Grupo de Trabajo ha establecido que el río tiene zonas con profundidades de hasta 15 m, resultado del incremento de la erosión, lo cual ha provocado la disminución de las orillas aumentando el riesgo para los habitantes ribereños.

El estudiante Alejandro Salazar Mesa, de Ingeniería Civil, indica que los estudios de modelación realizados cumplen con las características tridimensionales del flujo en un meandro.

Según los expertos, la socavación de un río se puede resolver a partir de la aplicación de un refuerzo de la orilla, que puede incluir obras tanto con roca, muros y pantallas como con revegetalización y telas especializadas.

En la actualidad se trabaja en la modelación hidráulica, para determinar que la zona a construir es segura, y partir de ahí realizar el diseño arquitectónico.