En cuanto a la actividad cafetera, La Niña limita la productividad, pues afecta la ocurrencia de las floraciones en los cultivos, y, por su parte, los periodos secos extremos por efecto de El Niño pueden afectar de manera significativa la calidad del grano; en cambio, y al igual que en los cultivos de plátano, cuando se presentan los dos fenómenos climáticos en un mismo año benefician la producción. 

Por ejemplo, entre 2010 y 2011, durante La Niña en el país, la producción de café bajó considerablemente y apenas alcanzó 7,8 millones de sacos, mientras que en años normales, como 2014 y 2015, se produjo alrededor de 12 y 14 millones de sacos, respectivamente; por lo que se debe tener en cuenta que los periodos excesivos de sequía o de humedad pueden afectar el desarrollo normal de los cultivos. 

Así lo explica David Felipe Rincón Castañeda, magíster en Ingeniería - Recursos Hidráulicos de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, quien evaluó el efecto de la variabilidad climática en la cuenca del río Chinchiná. 

Influencia del clima 

La cuenca del río Chinchiná tiene un 80 % de la producción industrial del Departamento, además el 63,8 % de la superficie de la cuenca corresponde a territorios agrícolas.  

Para realizar esta investigación, el magíster Rincón Castañeda analizó las relaciones que existen entre El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) —patrón climático que hace referencia a cambios en la temperatura superficial del agua en la zona ecuatorial del Pacifico debido a la intensificación— sobre variables meteorológicas e índices agroclimáticos. 

Las variables climatológicas evaluadas fueron: precipitación, temperatura, humedad relativa, brillo solar; los índices agroclimáticos fueron: tiempo térmico, amplitud térmica, déficit de brillo solar, y los índices de concentración y estandarizado de la precipitación fueron de Fournier modificado y de erosividad. 

Para ello, contó con los resultados de 23 estaciones climatológicas pertenecientes al Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el Centro Nacional de Investigaciones del Café (Cenicafé) y la Central Hidroeléctrica de Caldas (CHEC), localizadas en la cuenca del río Chinchiná. 

“Se hizo un análisis espacial y temporal de 30 años para ver cómo variaban los diferentes índices agroclimáticos en el tiempo, desde 1981 a 2010. De ahí podemos sacar varias conclusiones, como por ejemplo que en el plátano, especialmente, se presenta una alta variabilidad cuando ocurre la fase El Niño”, detalla el investigador de la U.N. 

Dentro del análisis tomó los años con eventos El Niño o La Niña y comparó los valores de producción; además, calculó el promedio de todas las producciones con presencia de dichos fenómenos (combinados y neutral). 

Comportamiento en el tiempo 

Una de las conclusiones de este trabajo es que, por ejemplo, la temperatura promedio en la cuenca baja y media del río Chinchiná se mantiene sobre los 20°C en cada una de las fases del ENSO. Esta temperatura, al encontrarse dentro del rango de 20°C a 30°C, es apropiada para el correcto crecimiento de los cultivos de plátano. 

La distribución de las precipitaciones durante el año en la cuenca del río Chinchiná, clasificadas como moderadamente estacionales durante El Niño, y uniformes cuando se presentan las fases La Niña y neutral, representa un estado óptimo para el desarrollo del plátano. 

En la cuenca existen variaciones del brillo solar con el ENSO, estas son 4.6 horas/día para la fase La Niña, 5.3 horas/día en El Niño y 4.9 horas/día en la fase neutra. 

El cultivo de café necesita entre 4.8 y 7.5 horas/día de brillo solar para tener una buena floración, por lo que durante la fase La Niña este factor puede afectar la correcta floración del café y su producción. 

De otro lado, la amplitud térmica en la zona cafetera de la cuenca del río Chinchiná (media-baja) no presenta valores continuos durante 50 días inferiores a 10°C en ninguna fase del ENSO, indicando que es adecuada para una correcta floración.