Esta propuesta de vivienda multifamiliar para el sector de La Cuchilla, al sur del casco urbano de este municipio caldense, consta de cuatro bloques de edificios, cada uno con cuatro niveles. 

La iniciativa fue diseñada por la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, después de realizar un trabajo investigativo de la zona durante un año y evaluar las posibles soluciones de vivienda en su área de expansión. 

Con la propuesta se busca generar conciencia sobre la importancia de construir con materiales de la región y seguir la tradición en el municipio, dándole un valor agregado en cuanto a sostenibilidad, que se refiere a brindar confort habitacional por medio de técnicas pasivas y renovables que conserven el medioambiente y disminuyan la huella de carbono. 

La estudiante Valentina Loaiza Giraldo, de Arquitectura de la U.N. Sede Manizales, quien trabajó en este proyecto, precisa que la propuesta de construcción incluye zonas de juegos y espacios sociales; parqueaderos para carros, motos y bicicletas; una zona de comercio; huertas para producción de alimentos en cada apartamento; un sistema de recolección de aguas lluvias y ventilación cruzada, elementos que le apuntan a la sostenibilidad de la vivienda modular, flexible y progresiva. 

“A partir de paneles solares se produce energía que abastece el 80,7 % del proyecto”, agrega. 

Materiales renovables 

El profesor José Fernando Muñoz Robledo, director del proyecto, explica que durante los primeros seis meses se estructuró el diseño urbanístico, paisajístico y arquitectónico del conjunto multifamiliar con características de sostenibilidad, es decir con materiales renovables. El lote elegido está ubicado en el barrio Pinares de Tachuelo, enseguida de la Institución Educativa La Presentación. 

Durante los meses siguientes se seleccionó una unidad de vivienda del conjunto y se diseñó, como modelo para el municipio, una vivienda unifamiliar que responde a las políticas del esquema de ordenamiento territorial de Salamina. “Además la U.N. Sede Manizales editó un libro monográfico con toda la información del proyecto”, recalca el profesor Muñoz Robledo. 

El proyecto está pensado para un lote con visuales hacia el Centro Histórico del municipio y hacia el paisaje lejano del este. Además cuenta con un área de 3.207 m2, en la que se tendrían 46 apartamentos de 47 y 54 m2. 

El principal material de este proyecto es la madera laminada, la cual se implementa de forma estructural en vigas, columnas, entrepisos y cerchas, al igual que en elementos no estructurales como puertas, ventanas y paneles divisorios. 

Este material se prefiere por que permite elaborar elementos curvos, contrae máximo 2 % después de su instalación y no requiere un ajuste posterior a la construcción. Además logra tener una estructura homogénea porque no hay fisuras ni defectos, lo cual mejora su aspecto. 

El cerramiento del edificio, en bahareque encementado, le da la rigidez necesaria a la propuesta de cuatro niveles en una zona sísmica alta. 

Mantener la tradición 

“El lote tiene una pendiente del 16 %, característica favorable al momento de desarrollar el diseño exterior mediante rampas y escaleras”, expresa por su parte la estudiante Loaiza. 

El municipio de Salamina, con una población cercana a los 31.000 habitantes, tiene su zona de expansión en este sector y los diferentes usos están en proceso de consolidación. Según lo estipula el Plan de Ordenamiento Territorial, en este lugar se ofrecen viviendas de interés social, además de presupuesto para vivienda en general. 

La propuesta habitacional sería implementada como parte de la reestructuración urbana, que se ha caracterizado por su impronta en la arquitectura en bahareque. 

La investigadora concluye que Jardines de Salamina se constituye en el modelo para demostrarles a los habitantes del lugar que existen otras formas de construir, además de los materiales tradicionales (ladrillo y concreto), con lo cual se generaría un impacto positivo tanto estético como paisajístico.